El hidrógeno es crucial para la descarbonización, tanto en la industria química como en los países desarrollados. Sin embargo, aunque es relativamente fácil y barato de producir, el H2 puro es notoriamente difícil de transportar y almacenar. La mayoría de los métodos requieren elevados costes operativos y/o energéticos.

El hidrógeno es el elemento químico con la masa más baja de todos los elementos conocidos, y la molécula de H2 es la más ligera de todas. Por lo tanto, el hidrógeno tiene una densidad extremadamente baja a presión atmosférica. Para almacenarlo y transportarlo eficazmente, primero hay que condensarlo. Los métodos convencionales incluyen:

  • Compresión a alta presión – para el H2 en estado gaseoso, presiones de 350 a 700 bar (5.000 a 10.000 psi) o superiores.
  • Licuefacción criogénica – para el H2 en estado líquido, enfriándolo por debajo de su punto de ebullición de -253 °C (-423 °F, 20,28 K).
  • Almacenamiento en estado sólido – adsorción para el almacenamiento de hidrógeno en la superficie de los sólidos y dentro de la estructura reticular de los mismos.

Los tres enfoques conllevan elevados costes operativos y/o energéticos (Rao & Yoon, 2020):

  • Los tanques capaces de soportar presiones tan elevadas requieren el uso de materiales compuestos costo
  • La licuefacción del hidrógeno requiere un proceso de enfriamiento en varias etapas y un gasto equivalente a cerca del 40% de su contenido energético.

  • Desventajas del almacenamiento en fase sólida:
    • baja capacidad gravimétrica de <5,5 wt% (el DOE tiene come objetivo el 6 wt%)
    • reversibilidad limitada a presiones y temperaturas óptimas
    • inestabilidad de los materiales de almacenamiento
    • necesidad de bajas temperaturas (-196°C/-321°F).

Estos costes, especialmente en términos de energía, repercuten negativamente en el potencial net-zero del uso del hidrógeno, sobre todo si la energía necesaria procede de fuentes no renovables. A este problema se añaden los costes energéticos del transporte del hidrógeno a grandes distancias y de su almacenamiento durante largos periodos.

Actualmente, los investigadores están experimentando con diferentes compuestos ricos y pobres en hidrógeno para ver cuáles ofrecen más aspectos positivos y menos negativos. Estos pares incluyen metilciclohexano (MCH)/tolueno, y perhidro-dibenciltolueno/dibenciltolueno, decalina/naftaleno.

Sistemas LOHC: muchos aspectos positivos (y algunos negativos)

Como su nombre indica, los portadores orgánicos líquidos de hidrógeno son compuestos de carbono-hidrógeno o carbono-carbono que permanecen líquidos a temperatura y presión ambiente. Para transportar hidrógeno, los LOHC reaccionan con el hidrógeno en una reacción catalítica exotérmica a altas presiones (435-725 psi / 30-50 bar) y altas temperaturas (150-200°C / 302-392°F). Una vez saturados, los LOHC almacenan hidrógeno de forma relativamente segura en condiciones ambientales. Cuando se necesita hidrógeno, los LOHC ricos en hidrógeno lo liberan en una reacción catalítica endotérmica a temperaturas más altas (250-320°C / 482-608°F). Este proceso de hidrogenación/deshidrogenación es más fácil y barato que la compresión o la licuefacción del hidrógeno y tiene una mayor capacidad de transporte que el almacenamiento en fase sólida.

Los investigadores experimentan actualmente con distintos compuestos ricos y pobres en hidrógeno para ver cuáles ofrecen más ventajas y menos inconvenientes. Entre estos pares se encuentran el metilciclohexano (MCH)/tolueno, y el perhidrodibenciltolueno/dibenciltolueno, decalina/naftaleno.

Los sistemas LOHC son objeto de mucha atención porque, en principio, permiten almacenar y transportar cantidades masivas de hidrógeno durante un tiempo casi ilimitado, sin riesgo de fugas de hidrógeno. De hecho, las únicas limitaciones en cuanto a cantidad y duración dependen del tamaño del depósito y de las características técnicas del compuesto LOHC. Además, a diferencia de otros conceptos Power-to-X*, los sistemas LOHC permiten almacenar energía sin liberar CO2 o N2 a la atmósfera. Por lo tanto, este tipo de almacenamiento de hidrógeno es un paso positivo hacia la realización del potencial del H2 como combustible respetuoso con el clima.

Lea también el siguiente artículo del Blog: «El peligro de las fugas de hidrógeno y cómo minimizar el riesgo»
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* Power-to-X se refiere a las rutas que convierten, almacenan y reconvierten el exceso de electricidad generada a partir de fuentes solares, eólicas y otras fuentes renovables (energía) en una amplia gama de productos (X), como combustibles para el transporte, productos químicos y calor. Utilizado sobre todo en el norte de Europa, este término genérico es una abreviatura de la conversión de energía verde en combustible verde.



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