transmisor de temperatura

Sistemas de seguridad SIL para descartar errores humanos   La industria de proceso exige cada vez más equipos que cumplen los requistos de la „seguridad SIL“ (Safety integrity Level) ya que al fin y al cabo el usuario sigue siendo el último responsable de la seguridad y conformidad de su proceso. Por lo tanto se busca el máximo de seguridad y cada vez más se certifican las aplicaciones a las directivas pertinentes. 

La clasificación SIL de 1 a 4 depende del grado del riesgo y en la actualidad ya son 20% de las aplicaciones en el sectro químico que se han sometido a las pruebas para obtener la homologación. Los sistemas de seguridad de instalaciones industriales certificados según SIL deben aplicar solo instrumentos homologados según DIN EN 61508 o EN 61511 (industria de proceso).

Estas dos directivas especifican la actuación de la instrumentación de manera exhaustiva dejando un pequeño margen de interpretación. Un elemento vital de estos sistemas de seguridad constituyen instrumentos inteligentes como por ejemplo los transmisores de temperatura que disponen de un software para modificar los parámetros relevantes de seguridad como el rango, configuración del sensor y señalización de error según necesidades del proceso concreto.  

Protección de transmisores de temperatura contra manipulaciones no autorizadas La protección de estas configuraciones se detallan también en las normas SIL. En la parte 3 de la normativa EN61508 se specifica: “Los parámetros operativos deben protegerse contra:valores no válidos…modificaciones realizadas en un momento inadecuado/modificaciones no-autorizadas/falsificaciones/…“. Esta expresión estipula que la responsabilidad final sobre el „cierre“ de un software la tiene el usuario.

Por eso muchos transmisores ofrecen solamente la opción de proteger el programa contra manipulaciones no autorizadas. Estas configuraciones consideran el factor humano como fuente de riesgo. La tentación de modificar por ejemplo el rango para evitar una parada puede ser grande en determinados situaciones y subestimar los riesgos puede acarrear consecuencias catastróficas. Dado que las directivas exigen una protección del instrumento contra manipulaciones sin autorización explícita los instrumentos deben disponer de un cierre electrónico.

Una configuración se permite exclusivamente tras la entrada de una contraseña. Tras la programación vuelve la protección para descartar cualquier acceso durante la operación en curso. Este sistema de protección es comparable con el pedal de embrague que permite arrancar el coche unicamente tras apretarlo y previene de tal manera un salto brusco hacia delante.

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