Fiabilidad y seguridad asegurada

Factores de la calibración

La calibración consiste en la comparación de valores de medida de un instrumento a calibrar y un instrumento patrón. Para un manómetro o un transmisor de presión por ejemplo se capta los datos de hasta 9 puntos en presión creciente y hasta 9 puntos en presión decreciente. La desviación entre patrón e instrumento determina la precisión que se confirma en un certificado emitido por el laboratorio.

Aparte de la desviación de medida se debe determinar y documentar la incertidumbre de medida para garantizar la trazabilidad. Son estos dos factores que determinan la calidad de la calibración y deben incluirse en el certificado. La precisión del patrón debe superar al menos tres veces la precisión del instrumento a medir.

El instrumento patrón
En función de la precisión requerida se recurre a varios tipos de patrón con distintos principios de funcionamiento. Para conseguir desviaciones mínimos se utilizan patrones primarios, como balanzas de pesos muertos, que indican el valor de medida basados en las unidades del sistema internacional (SI). Los valores de calibración de este método superan con creces las exigencias de la industria. Por eso en este sector se suele realizar la comprobación sobre todo mediante controladores de presión. Los controladores ajustan la presión automáticamente y la calibración resulta mucho más económica que con balanzas de pesos muertos.

La trazabilidad de las medidas

El certificado tiene que documentar el patrón utilizado para relacionar con los patrones nacionales a través de una cadena continua de comparaciones. Los patrones a su vez obtienen su trazabilidad a través del Centro Español de Metrologia o de un laboratorio homologado.


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